Iglesia de San Cornelio y San Cipriano de San Cebrián de Mudá

Templo de un antiguo monasterio benedictino, destaca por sus retablos y la presencia poco habitual de pinturas murales tardogóticas.

De la fábrica original (siglos XII-XIII), románica de transición, conserva la nave con bóveda de cañón apuntado, la portada de tres arquivoltas también ligeramente apuntadas (notables motivos escultóricos) y la gran espadaña triangular del muro occidental. En épocas posteriores se añadió una capilla gótica con bóveda de crucería (siglo XIV), se sustituyó el ábside por uno poligonal (siglo XV), se construyó la sacristía (siglo XVI) y el pórtico neoclásico (siglo XVIII). Está construida casi enteramente a base de sillería de piedra arenisca rojiza. En su interior posee cinco retablos, tres de ellos renacentistas (h. 1560) y dos rococós (finales s. XVIII), además de unas pinturas murales de tipo popular y tradición tardogótica (finales siglo XV). Descubiertas en 1969 y restauradas en la actualidad, están atribuidas al llamado Maestro de San Felices.