Tarazona (Zaragoza, Aragón). Conocer la belleza medieval de esta ciudad siempre es un buen plan. Su judería está formada por dos núcleos diferentes. Por un lado, está lo que fue la judería vieja que se puede recorrer comenzando por la calle Judería. A continuación, merece la pena ver las Casas Colgadas en las que residían familias de la nobleza o pasar por la rúa Alta donde se piensa que estuvo la sinagoga. Otra curiosidad: en la plaza de los Arcedianos se asentaban durante una semana las tiendas para la celebración del sukkot o de las cabañas, rememorando el deambular del pueblo judío. Por otro lado, estaría la judería nueva, donde, por ejemplo, se conserva la casona de los Santafé, que eran grandes mercaderes judíos.
Toledo (Toledo, Castilla – La Mancha). Los toledanos fueron los judíos más importantes de España. Hoy, todo el laberinto urbano de la judería toledana hace honor al prestigio que convirtió a Toledo en centro imprescindible del judaísmo de Occidente. Te recomendamos visitar sus dos emblemáticas sinagogas. Por un lado, la del Tránsito, actualmente Museo Sefardí y donde podrás investigar un poco más sobre la historia de los judíos en España. Por otro lado, la Sinagoga de Santa María la Blanca, la más antigua e inspirada en el arte almohade. Además de las sinagogas, también existe la Casa del Judío, una vivienda que conserva las estancias tradicionales.
Sinagoga de Santa María La Blanca. Toledo