Calles de Hondarribia, en Guipúzcoa (País Vasco)

Hondarribia

Gipuzkoa

Asentada sobre la desembocadura del río Bidasoa, Hondarribia es una ciudad de larga tradición marinera y turística de la costa guipuzcoana.

Su casco histórico amurallado, repleto de edificios señoriales, ha sido declarado Monumento Histórico Artístico.

Según cuenta la tradición, Hondarribia fue fundada por el rey visigodo Recaredo en el siglo VI de C. El nombre de la ciudad aparece citado por primera vez en la carta-puebla que el rey navarro Sancho el Sabio concedió a San Sebastián en el año 1150. También durante la Edad Media, Hondarribia recibió de la Corona de Castilla el Fuero de San Sebastián. A lo largo de su historia, la ciudad sufrió varios asedios, el más famoso de ellos en el siglo XVII. Su condición de plaza militar sobre el estuario del río Bidasoa configuró en el pasado un casco urbano delimitado por sólidas murallas, que aún se conservan y que han permitido su declaración como Monumento Histórico Artístico.

El recinto amurallado

En la parte más alta de la ciudad se sitúa la plaza de Armas. En uno de sus lados se levanta el Castillo del emperador Carlos V, pétrea fortificación que alberga hoy el Parador de Turismo. Frente a él, tiene lugar cada mes de septiembre el tradicional Alarde, una de las citas más importantes del calendario festivo de la localidad. En sus inmediaciones se encuentra la parroquia de Santa María de la Asunción. La iglesia fue construida en el siglo XV en estilo gótico, mientras que su torre barroca data del siglo XVIII. A lo largo de sus calles empedradas aparecen numerosas casas blasonadas y palacios. Franqueando la Puerta de Santa María, en el lienzo sur de la muralla, se accede a una de las vías más concurridas, la Calle Mayor. En ella, llama la atención la gran fachada barroca del Ayuntamiento (s. XVIII), que exhibe dos escudos de armas de la ciudad y grandes arquerías. Casi a las puertas de la Casa Consistorial, en la misma calle, se puede contemplar el Palacio de Casadevante, edificio señorial del siglo XVII y estilo barroco. Completan este entorno el Palacio de Zuloaga, que posee una magnífica escalera de piedra, y la Casa de los Guevara, ésta última del siglo XVIII. Saliendo de la ciudad amurallada se extiende, junto al mar, el barrio de La Marina. Este núcleo marinero, posiblemente el más antiguo de la villa, ofrece el ambiente más popular de Hondarribia. Sus calles, especialmente la de San Pedro, están jalonadas por típicas casas marineras pintadas de colores y son un lugar ideal para pasear o para el aperitivo. Pero, además de villa marinera, Hondarribia posee una larga tradición turística. Así, su amplia playa constituye uno de los principales reclamos para los visitantes que se acercan durante los meses de verano a esta ciudad. En ella es posible practicar una gran variedad de deportes náuticos: natación, submarinismo, windsurf, esquí acuático, etc. La playa separa el barrio de La Marina del puerto pesquero, punto de partida para realizar excursiones al Castillo de San Telmo (s. XVI) y al faro de Higuer, desde el que se obtienen hermosas vistas de la costa. Sin salir del término municipal, en el singular entorno natural del monte Jaizkibel, se encuentra el Fuerte de Guadalupe. Este imponente baluarte defensivo se encuentra muy cerca de la Ermita de Guadalupe, templo que fue erigido en el siglo XVI para venerar a la Virgen. Esta ermita acapara especial protagonismo durante las fiestas patronales de Hondarribia, que se celebran a principios de septiembre. En esas fechas, los habitantes de la localidad se dirigen en multitudinaria procesión hacia el santuario. Este acto religioso se desarrolla en el marco del popular Alarde, mediante el cual los vecinos, en virtud de un voto hecho a la Virgen de Guadalupe en 1639, conmemoran la gran victoria de las fuerzas de la ciudad tras un asedio ocurrido en el siglo XVII. El Alarde incluye vistosos desfiles que recorren las calles y plazas del casco antiguo y en los que nunca falta el estruendo de tambores y disparos de pólvora.

Alrededores y gastronomía

La provincia guipuzcoana ofrece un litoral con excelentes playas y pintorescos pueblos. Frente a Hondarribia está Irún, bella ciudad fronteriza cuyo casco histórico se encuentra presidido por la iglesia del Juncal (s. XVI). También merece la pena acercarse a la plaza de San Juan Harria, donde se alza el Ayuntamiento barroco. A pocos kilómetros aparece San Sebastián, la capital donostiarra. Esta elegante ciudad, tradicional lugar de veraneo, se extiende por una bahía entre los montes Urgull e Igeldo. La emblemática playa de la Concha, un ensanche señorial y una intensa vida cultural convierten a esta ciudad en una de las más atractivas del litoral cantábrico. Otras localidades costeras que combinan interesantes monumentos con extensas playas son Zarautz, Getaria, Deba o Mutriku. Además de esta riqueza monumental, esta provincia vasca posee un valioso patrimonio natural, del que destacan los parques naturales de Aitzkorri, Aralar, Aiako-Harria y Pagoeta. Una de las mejores maneras de acercarnos a la cultura vasca es a través de la gastronomía. Hondarribia se convierte en el escaparate perfecto para descubrir las recetas donostiarras más representativas. Los pescados que llegan a la costa sirven para elaborar platos como las kokotxas de merluza en salsa verde, el besugo a la parrilla, el marmitako (guiso con bonito y patatas) o el txangurro (centollo). Los productos de la huerta y las excelentes carnes procedentes del interior de la provincia contribuyen a enriquecer el acervo culinario de la provincia. En cuanto a los vinos, nada mejor que un chacolí de Guetaria/Guetariako Txakolina, con Denominación de Origen propia.

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