Turista en un museo

Planes fuera de temporada alta para conocer otras caras de España

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En otoño, invierno y principios de primavera, puedes encontrar en España experiencias turísticas más tranquilas, económicas y auténticas. Además de planes de interior como visitar museos, relajarse en un spa o disfrutar de una tarde de chocolate caliente y churros en una chocolatería emblemática como San Ginés en Madrid; aquí tienes más opciones para explorar el país de una manera diferente y al aire libre.

  • Setenil de las Bodegas, Cádiz, Andalucía

    Rutas por pueblos con encanto para huir del calor

    El clima templado de la primavera y el otoño es ideal para viajar por zonas como la de los Pueblos Blancos de Andalucía, ya que podrás recorrer sus calles sin pasar calor. Evitarás las multitudes y podrás dejarte llevar por el blanco de las casas encaladas y por los colores de las flores, caminar por senderos tranquilos, hablar con los vecinos, comer sin prisas… Si buscas una experiencia aún más auténtica, visita algunos de estos pueblos en temporada de fiestas populares. Por ejemplo, en Setenil de las Bodegas (Cádiz), en octubre se celebra la Fiesta de Moros y Cristianos: una recreación histórica que va a sorprenderte.

  • Faro del cabo Finisterre, Galicia

    La costa sin prisas

    La playa más allá del verano es sinónimo de acantilados solitarios y de conexión con el entorno. Aprovecha para disfrutar de las suaves temperaturas de varias zonas de la costa mediterránea, para practicar submarinismo equipado con un buen traje de neopreno o para descubrir islas con muy pocos habitantes como Tabarca (frente a la ciudad de Alicante) o La Graciosa (en Canarias). ¿Otra experiencia diferente y apetecible? Imagina pasar la noche en un faro junto al Atlántico o el Cantábrico – lugares como Cudillero, Ribadeo o Fisterra ofrecen esta posibilidad – donde el único sonido que acompañará tu descanso es el mar golpeando las olas.

  • Arribes del Duero desde Miranda, Castilla y León

    Espectáculos florales, bosques encantados y enoturismo

    ¿Sabías que dos de los espectáculos florales más bonitos de España suceden en invierno? El primero, en Galicia, donde cientos de variedades de camelias florecen en los jardines de pazos como el de Rubiáns (Vilagarcía de Arousa, Pontevedra) o el de San Lourenzo (Santiago de Compostela, A Coruña). El segundo tiene lugar en la isla de Mallorca, ya que a principios de febrero florecen miles de almendros. Un paseo por la sierra de Tramuntana, Patrimonio Mundial de la UNESCO, en esta época del año es perfecto para sentir el aroma de los almendros en flor impregnando el aire. Otra época del año fascinante para ver cómo los bosques cambian de tonalidad es el otoño. Muchos espacios naturales de España se vuelven auténticos escenarios de cuento como es el caso de dos Reservas de la Biosfera: Muniellos (Asturias) y la Selva de Irati (Navarra). Algunos rincones incluso ofrecen experiencias únicas, como los cruceros fluviales por los impresionantes cañones de los Arribes del Duero, entre Salamanca y Zamora. Y si lo tuyo es el vino, el otoño también es tiempo de vendimia y  enoturismo: visitas guiadas por bodegas, paisajes únicos y aromas intensos. No hay nada como recorrer La Rioja o la Ribera del Duero. Disfruta de una cata directamente en los viñedos.

  • Marismas de Santoña al anochecer, Cantabria

    Observación de animales sin turistas alrededor

    Observar la fauna en un entorno tranquilo y sin multitudes es una vivencia que deja huella. Por ejemplo, ¿sabías que entre mediados de septiembre y principios de octubre algunos bosques y dehesas de España se convierten en el escenario de la berrea del ciervo? Se trata de un potente bramido que emite el macho para atraer a las hembras. Son varias las empresas que organizan safaris guiados para ver este fenómeno de cerca. Algunos de los mejores lugares para presenciarlo son el Parque Nacional de Cabañeros (Castilla – La Mancha) o el Parque Nacional de Monfragüe (Extremadura). Otro dato curioso: cada año, en octubre, 50.000 ánsares eligen Doñana como zona de invernada. Su sonido volando en la madrugada sobre la aldea de El Rocío es casi mágico. Otros destinos destacados para la observación de aves sin aglomeraciones son, por ejemplo, el Delta del Ebro (Cataluña), la laguna de Gallocanta (Aragón) o las marismas de Santoña (Cantabria).

  • Pozas termales de Outariz, Ourense, Galicia

    Experiencias invernales

    Aprovecha el invierno en España para sacar el aventurero que llevas dentro. Por ejemplo, en los majestuosos Pirineos (en lugares como la estación de esquí de Baqueira Beret) puedes recorrer paisajes nevados en un trineo tirado por perros. El paisaje blanco que te rodea y la velocidad te harán sentir una sensación de libertad única. ¿Otra opción para ver las montañas cubiertas de nieve? Montar en un globo aerostático y sobrevolar, por ejemplo, la ciudad de Segovia. Si buscas vivencias más tranquilas, aquí van dos ideas. Por un lado, sumergirte en las piscinas exteriores de aguas termales de Ourense o del balneario de Panticosa y sentir el placer de que el vapor de agua caliente se mezcle con la brisa invernal. Por otro, nada mejor para disfrutar del invierno con calma y una pizca de nostalgia, que subir a bordo de un tren antiguo y ver desfilar los valles nevados por la ventana. Prueba, por ejemplo, el tren cremallera de Vall de Núria.

  • Cueva de Valporquero, León

    Explora la España subterránea: cuevas impresionantes sin multitudes

    ¿Un lugar donde el clima exterior no importa y la temperatura se mantiene constante todo el año? Alguna de las cuevas turísticas de España. Adéntrate en un mundo bajo tierra lleno de secretos. Te recibirán estalactitas y estalagmitas talladas durante miles de años y en algunos casos, muestras de arte rupestre. ¿Algunas de las más llamativas? La Gruta de las Maravillas (Aracena, Huelva), las cascadas subterráneas de la cueva de Valporquero (León) o las cuevas del Drach (Mallorca), donde la visita incluye un recorrido en barca y un concierto de música clásica en vivo.

  • Vía Láctea sobre el tajinaste en Canarias

    Espectáculos celestes: auroras boreales y lluvias de estrellas

    Puede que hayas oído hablar de las Perseidas, una lluvia de estrellas característica de cada mes de agosto. ¿Pero sabías que entre octubre y marzo el cielo nocturno de España también ofrece fenómenos espectaculares? Se pueden ver otras lluvias de estrellas como las Leónidas o las Gemínidas. Si consideras que hace frío para observarlas en el exterior, ve a algún observatorio como el Astrofísico de Javalambre (Teruel) o viaja a las Canarias, con temperaturas agradables todo el año y uno de los mejores cielos del mundo para la observación astronómica. Una sorpresa: aunque las auroras boreales son comunes en latitudes árticas entre octubre y marzo, en ocasiones también es posible verlas en España en regiones como Galicia, Asturias o Cantabria. Las tonalidades verdes y violetas se reflejan en el Cantábrico regalando una imagen inolvidable.

  • Claustro románico del Monasterio de Santo Domingo de Silos, Burgos

    Conexión espiritual: Camino de Santiago y monasterios fuera de temporada

    Si has querido alguna vez hacer el Camino de Santiago, una de las rutas de peregrinación más famosas del mundo, puedes plantearte hacer esta ruta que acaba en la Catedral de Santiago en otoño o en primavera. Así te garantizas un clima más suave que el del verano y sobre todo menos aglomeración de peregrinos, lo que te facilitará desconectar de verdad. Además, si buscas un recorrido menos transitado, puedes optar por rutas alternativas como el Camino Primitivo desde Oviedo o el Camino del Norte, que discurre junto al mar. Otra forma de sentir una conexión espiritual con el entorno es dormir en alguno de los bellísimos monasterios de España como el de Valvanera (La Rioja) o la Hospedería de Silos (Burgos). En alguno de ellos podrás incluso unirte a rutinas monásticas o despertarte con el canto de los monjes. ¿Te imaginas disfrutar de paisajes nevados al calor de una chimenea mientras sientes lo que es la verdadera paz? Algunos de estos monasterios han sido transformados en increíbles hoteles rodeados por la naturaleza como el Parador de Santo Estevo de Ribas de Sil (Ourense), o el Monasterio de Piedra (Zaragoza), con un entorno natural de cascadas y lagos.