Estatua de Picasso en Málaga

Lugares picassianos en España

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Te proponemos un recorrido siguiendo los pasos de Pablo Picasso en España. Desde su nacimiento en Málaga a su éxito en Madrid o sus años en Cataluña y Galicia. Un trayecto para descubrir los lugares que inspiraron al maestro del cubismo y comprender su particular creatividad: “Me llevó cuatro años pintar como Rafael, pero me llevó toda una vida pintar como un niño”.

Todo empezó en Málaga

Un 25 de octubre de 1881 nacía Pablo Picasso en Málaga (Andalucía) y allí pasaría parte de su infancia. Hoy la ciudad de Málaga es uno de los mejores sitios para acercarse al artista, porque allí puedes visitar tanto el Museo Picasso Málaga (con obras como Olga Kokhlova con mantilla, "Naturaleza muerta con cráneo y tres erizos" o "Jacqueline sentada") como la Fundación Picasso-Museo Casa Natal de Picasso. Ambos acogen continuamente interesantes exposiciones temporales y en el último tendrás además el privilegio de ver objetos personales del artista y su familia o dibujos preparatorios para la obra Las señoritas de Aviñón. Para completar tu ruta picassiana por la ciudad, también puedes pasar por la Iglesia de Santiago, donde Picasso fue bautizado.

Vista del exterior del Museo Picasso Málaga con la ciudad al fondo

A Coruña. Los inicios del artista

Nos vamos ahora hasta el norte de España, en Galicia. El viaje está justificado, pues fue allí donde Picasso se trasladó en 1891 porque su padre fue nombrado profesor de la escuela de Bellas Artes. Quizá fue esta la chispa que encendió la mecha, porque el propio Picasso ingresó en la escuela y comenzó a pintar sus primeros retratos... De hecho, la primera vez que el malagueño expuso públicamente sus obras fue en A Coruña y muchos de sus temas recurrentes (palomas, toros…) aparecían ya. Allí podrás realizar una ruta por los puntos en los que el joven Pablo disfrutó de la vida coruñesa (playa del Orzán, Torre de Hércules, Teatro Rosalía de Castro) y visitar la Casa-Museo Picasso.

Torre de Hércules, A Coruña

Y de repente… El Prado

Fue precisamente en 1895 cuando Picasso pisaría por primera vez el Museo Nacional del Prado de Madrid, uno de los mejores museos del mundo que te recomendamos sin duda conocer. La visita marcaría un antes y un después porque allí quedaría impactado por la obra de otros grandes artistas como Velázquez o El Greco. Poco sospechaba él en aquel momento que llegaría a ser nombrado director del museo en 1936. Pero si hay una parada imprescindible en la ciudad de Madrid para dejarse sorprender por Picasso, esa es el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Allí encontrarás numerosas obras del artista. Y de todas ellas, la más emblemática, la que deja con la boca abierta a todo aquel que se pone ante ella es sin duda el Guernica: un mural de casi ocho metros de largo que pintó para dar testimonio del horror que supuso la Guerra Civil Española. Una escena trágica en la que muchos interpretan un canto a la esperanza. ¿Sabías que esta auténtica joya del arte la pintó en París en 1937? De hecho, Dora Maar fotografió la evolución de la obra hasta que se instaló en el pabellón español de la Exposición Internacional de París.

Visitantes observando el Guernica en el Museo Nacional Reina Sofía de Madrid

Barcelona y Horta de Sant Joan, en Cataluña

En otoño de 1895 Picasso ingresó en la escuela de Bellas Artes de Barcelona (La Llotja) y más adelante ocupó en esta ciudad su primer estudio y llevó a cabo la primera exposición personal de sus obras en el mítico local Els Quatre Gats. Hoy en día, una buena manera de reencontrarse con este artista es visitar el Museo Picasso de Barcelona y sorprenderse, por ejemplo, con la personal interpretación que hizo de Las Meninas de Velázquez. A unos 200 kilómetros de Barcelona se encuentra Horta de Sant Joan, un pequeño pueblo de interior que Picasso retrató en numerosas ocasiones y donde él mismo dijo haber experimentado sus emociones más puras. Es imprescindible la visita al Centro Picasso, que recoge reproducciones de las obras que el artista creó en Horta y en las que inmortalizó el pueblo. En una ruta por Horta, podrás reconocer algunos de los monumentos que aparecen en sus cuadros, como el convento de San Salvador, la plaza de Missa o la masía de Tafetans, por ejemplo.

Foto dedicada por Picasso al municipio de Horta de Sant Joan